El sueño y la fatiga provocan que tengamos menos energía, menor nivel de activación y motivación para realizar tareas y aprovechar el día. Estos efectos son peligrosos porque pueden derivar en apatía, e incluso en depresión. Pero donde pueden ser realmente peligrosos es en la conducción. Y es que aunque durante el Estado de Alarma la circulación está restringida, hay personas que deben acudir a su trabajo en un vehículo privado o que precisan conducir para desarrollar su actividad laboral -transporte de mercancías o de personas-, o simplemente que deben conducir para adquirir productos de primera necesidad.
Un tercio de los accidentes, por sueño
FESVIAL recuerda que el 20 y el 30% de los accidentes tienen relación con el sueño y la fatiga, con lo que ahora que gran parte de la población reconoce tener problemas para dormir, resulta más peligroso conducir si no se ha descansado adecuadamente, creciendo la probabilidad de sufrir un accidente. Por ello, durante el confinamiento no solo se debe comer de forma sana y equilibrada, extremar las medidas de limpieza e higiene personal, o practicar ejercicio físico, tampoco hay que descuidar nuestras pautas de sueño y descanso, sobre todo si vamos a realizar una tarea de riesgo como es conducir.
Muchas personas durante estas semanas no duermen bien. La disminución de la actividad física, las tensiones y preocupaciones, no seguir una rutina ni horarios de descanso, influyen para que nuestro sueño no sea de calidad. Al dormir se desarrollan numerosas funciones fisiológicas y psicológicas fundamentales para el adecuado funcionamiento y desarrollo del cuerpo humano. La calidad del sueño afecta al desempeño de la vida cotidiana. Un sueño reparador produce un mayor nivel de activación físico y mental. Las personas suelen dormir entre 6 y 8 horas al día, dependiendo de las necesidades individuales. Es importante destacar que es más importante la calidad del sueño que la cantidad.
FESVIAL señala que “habrás notado que cuando no duermes bien te sientes mucho más irritado, fatigado, con desánimo, te cuesta concentrarte, pensar con claridad y tomar decisiones adecuadas. El sueño reparador es vital para que al día siguiente puedas llevar a cabo tu actividad cotidiana con normalidad y seguridad, sobre todo en aquellas tareas que implican un riesgo, como es la conducción”.
Fatiga y accidente
La fatiga física y mental es otro síntoma relacionado con el agotamiento, que afecta de forma peligrosa a nuestra salud y a tareas como la conducción. Las personas que trabajan en el sector sanitario, en las actividades de abastecimiento en productos y servicios de primera necesidad y en su distribución están actualmente en un momento de alto rendimiento con largas jornadas, que pueden generar fatiga y cansancio, aparte de estrés o ansiedad. Esta situación puede derivar en un accidente a manos de sus vehículos ya que no se encuentran con unas capacidades adecuadas para conducir con seguridad
Si durante estos días tienes que conducir un vehículo, deberías poner mayor empeño en seguir un descanso adecuado y realizar durante tu jornada de trabajo paradas de forma periódica, cada dos horas. Antes de ponernos al volante, debemos ser conscientes de si realmente estamos suficientemente descansados y en condiciones óptimas para realizar el desplazamiento con efectividad y seguridad.
Consejos para mejorar el sueño
Para FESVIAL, «la mejor manera de combatir el sueño en la conducción, es estar bien descansado, y tener una adecuada ‘higiene del sueño’, es decir seguir unas pautas y comportamientos para tener un sueño reparador de calidad». Para ello, ofrece una serie de consejos:
• No tomar bebidas estimulantes 6 horas antes de dormir.Si eres de las personas que piensa que la cafeína no le afecta por la noche, ahora es mejor que la evites puesto que la actual situación de tensión e incertidumbre puede incrementar sus efectos. Es preferible que el cuerpo se relaje y tener un sueño más reparador.
• No fragmentar el sueño. Mantener un horario de descanso fijo de mínimo 6 horas seguidas (recomendable entre 7 y 8), para que al día siguiente no vayas buscando el momento para echar una cabezadita.
• La siesta, ayuda a descansar, pero no debe superar la media hora para evitar que por la noche no podamos conciliar el sueño, que es cuando realmente tenemos que dormir.
• No realizar comidas pesadas antes de dormir. Cuanto más ligera sea la cena, mejor, para hacer trabajar lo menos posible el aparato digestivo durante la noche.
• La cama es solo para dormir. No es recomendable ver la tele, usar el ordenador o dispositivos electrónicos en la cama puesto que puede desvelarnos. Nuestra mente debe relacionar la cama con descanso.
• Antes de acostarse es recomendable tomar una ducha, para relajar el cuerpo y favorecer el sueño. Si lo hace de forma habitual, tu mente irá relacionando la ducha con descanso posterior.
• Ver la tele antes de acostarse dificulta el sueño. Sobre todo, si estás viendo algún programa o película que nos engancha o crea tensión e intriga.
• No te sometas a un exceso de información sobre la situación actual, sobre todo antes de dormir.
• Procurar no dormir más horas de lo normal los fines de semana, o los días de descanso. Trata de llevar un horario similar todos los días de la semana, para evitar que cuando volvamos a la jornada de trabajo nos cueste más levantarnos.
• Evitar beber alcohol poco antes de acostarse. El alcohol es un psicodepresor del sistema nervioso, que al principio de sus efectos nos activa dificultando conciliar el sueño.