El estudio realizado por la Universidad de Barcelona, ha medido la longevidad de los conductores y la antigüedad de los vehículos y su impacto en la severidad de los accidentes de tráfico. Y concluye que, efectivamente, la combinación de una elevada antigüedad del vehículo con un conductor en edad avanzada (a partir de los 75 años) incrementa de forma significativa la probabilidad de sufrir un accidente de tráfico de graves consecuencias.
Renovación del parque
En este sentido, el texto apunta que los vehículos nuevos «son más seguros», al incorporar nuevas tecnologías y disponer de sistemas de asistencia a la conducción que recortan el número y la gravedad de los accidentes viales. Rejuvenecer el parque automovilístico entre los conductores mayores se antoja especialmente necesario para reducir la siniestralidad vial, según subraya el estudio. Además, destaca que dicho rejuvenecimiento del parque automovilístico entre los conductores veteranos mejoraría la seguridad vial y motivaría el impulso de la movilidad y vida independiente entre el colectivo de personas de mayor edad. Por ello, pone sobre la mesa la posibilidad de poner en marcha acciones y políticas socieconómicas especialmente dirigidas a este segmento de población, pero teniendo en cuenta que la decisión de cambiar de vehículos entre estas personas pueda estar limitada por la complejidad y diseño de las tecnologías que estos vehículos nuevos incorporan.
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